lunes, 31 de octubre de 2011

MIGRACIÓN MUSICAL, LA DIÁSPORA CULTURAL DE LOS PUEBLOS.

 

Comunicación intercultural

Históricamente el contacto intercultural ha sido clave para la innovación musical. La música actual es el resultado de muchos años de experimentación en distintas partes del mundo, el contacto entre diferentes culturas ha fomentado el "mestizaje" y el nacimiento de expresiones musicales de gran trascendencia, tales como el soul, el rock, el flamenco, el rap y muchas otras más.

En el ámbito musical cada discurso puede jugar un papel importante en la búsqueda y distinción de identidad de cada sociedad o colectivo social. La música y sus referencias varían sustancialmente de un sitio a otro. Sin lugar a dudas, uno de los valores representativos más fuertes de la música es aquel que funciona como símbolo de identidad nacional o regional, ejemplo claro de de ello son las comunidades de inmigrantes, quienes para afrontar el desarraigo sufrido por la necesidad de emigrar, están aferrados a su música tradicional con el propósito de preservar su identidad en un país extranjero.

En el caso de la música, cuyos orígenes provienen de diversos lugares, su riqueza de sonidos traza distintas huellas y rutas de pueblos que migraron de un lado a otro. Por ejemplo, la trascendencia de la música rock no sólo fue consecuencia de la amplificación, sino también de su herencia pluricultural.

El desarrollo de la música no puede ser separado de los desplazamientos de la población, ya sea como resultado de emigraciones, conquistas, exilio, conversión religiosa o simple demografía. El devenir de la música ha estado determinado por patrones más amplios de conflicto social y político, más que por las tecnologías sonoras o por los dictados inmediatos de la moda.

Al igual que las personas, la música no permanece inmóvil, viaja y se mezcla con los sonidos que encuentra en su nuevo hogar. La música nos ayuda a conocer mejor a otros pueblos, a través de la música pueden conocerse las costumbres y vivencias cosmopolitas de otras culturas, así como múltiples elementos comunes a los grupos humanos como son: el trabajo, la comida, el amor, el desamor, la amistad, etcétera. Es muy amplio el campo musical en el que podemos adentrarnos.

Pero, ¿realmente podemos hablar de procesos migratorios presentes en la música?, y de ser así: ¿qué papel juegan, dentro de estos procesos, la identidad local, la globalización y las diferencias culturales?

Procesos migratorios e identidad local

La música, al igual que la migración, ha estado en constante evolución a través de la observación y la transformación. Los migrantes retienen a través de ella su identidad étnica y aunque suene a cliché, los migrantes cantan canciones y tocan la música de donde ellos son. Las letras suelen resumir la resistencia, la nostalgia y diversos sentidos de identidad.

Las ciudades son lugares de migración, y pueden alojar un variado, y significativo, rango de géneros musicales que han viajado con los migrantes. Sin duda alguna los procesos migratorios presentes en la música se dan en el marco del intercambio cultural entre los migrantes y los residentes de origen, ya sea africanos llevados a Norteamérica como esclavos, migrantes económicos a las ciudades del norte o inmigrantes irlandeses a Austria.

Cuando un género musical es apropiado por otros grupos minoritarios y migrantes, quienes no han perdido aún cierto vínculo con su lugar de origen, la música es transformada en algo completamente nuevo en una variedad de formas, ya sea en sus letras, ritmos, instrumentos, melodías, etc.

Es por ello que las ciudades, que son el destino de un alto grado de inmigración, son, a la vez, sedes de producción e intercambio para nuevos estilos subculturales desde su lugar de origen. Como ejemplo: la música reggae, que emergió desde Jamaica y ha mitificado sus raíces africanas, viajó hasta Londres donde fue circulando entre las comunidades de inmigrantes, eventualmente mantuvo una fuerte influencia sobre bandas de música punk como The Clash; después llego hasta Nueva York, donde el sonido desarrollado en Jamaica llegaría a ser la base de las ejecuciones hip hop –y aquí otro cliché- en las esquinas de las calles, parques y canchas de baloncesto.

Son profundas las transformaciones sociales y culturales que tienen lugar en las ciudades, ya sea a través de la migración, el crecimiento de jóvenes subculturas o los nuevos paisajes mediáticos y musicales abiertos por las corporaciones de entretenimiento.

En la medida en que cruzan fronteras culturales y nacionales, las migraciones musicales ponen en primer plano los procesos de dislocación, transformación y mediación, los cuales jugarán más tarde un papel importante en la caracterización de las estructuras musicales, las producciones y las actuaciones en directo.

En la compleja estratificación social de las metrópolis y sus subculturas, resulta significativa la fuerza simbólica que adquieren los productos musicales cuando son apropiados por los colectivos sociales. Los artefactos de una industria pop presentes en el acto individual de comprar y consumir son apropiados en el ámbito de los rituales colectivos, que a su vez, definen las fronteras de una comunidad interpretativa.

La música juega un papel fundamental, dentro de estos colectivos sociales, en la dimensión del conocimiento, la búsqueda de identidad y la construcción colectiva de nuevos territorios culturales basadas alrededor de nociones imaginadas de tradición.

La música popular está estrechamente vinculada a los aspectos de identidad del lugar de origen de una comunidad, aunque ésta pueda experimentar una desubicación territorial derivada de su migración. A este respecto la frontera entre México y estados Unidos es un escenario que ilustra muy bien el tema de las relaciones entre música, identidad y lugar. En esta región, la música Tex-Mex funciona como un poderoso diálogo para grupos sociales desplazados de origen mexicano que pasan la vida habitando dos mundos, ya que no son reconocidos ni completamente como mexicanos ni como estadounidenses.

Por lo anterior, podemos afirmar que la migración musical trasciende las fronteras de la migración demográfica y rompe las barreras del lenguaje y las diferencias culturales. Así, la migración musical, se transforma en la diáspora de los pueblos –o más específicamente, de las comunidades de inmigrantes-. Pero, ¿cómo afectan la globalización y las diferencias culturales a los procesos migratorios presentes en la música?

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Hasta ahora hemos abordado el tema de los procesos migratorios presentes en la música sin ahondar mucho, realmente, en lo que es la migración musical, antes de intentar definirla debemos entender este fenómeno no sólo como el producto de la migración demográfica, sino como un proceso evolutivo cultural que traspasó –y lo seguirá haciendo- las fronteras.

La globalización: el escaparate cultural

A mediados de la década de los 90, la ciudad de Manchester se convirtió en el sinónimo de juventud y cultura pop más importante del planeta, esto como consecuencia de una serie de cambios sociopolíticos y culturales que experimento la ciudad. Otras causas que originaron que Manchester fuera reconocida como la “ciudad pop” fueron la renovación arquitectónica del centro de la ciudad, con la conformación de una importante comunidad de viviendas de pisos, la tradicional inmigración irlandesa y la aparición del grupo Oasis en la escena internacional, cuya audiencia estaba conformada por hombres y mujeres menores de 30 años, quienes garantizaron el consumo de numerosos productos culturales procedentes de Manchester, principalmente de música pop.

Es la globalización –ideológica más que comercial- la que ayuda a transportar la música de un lugar a otro. En el proceso de encuentro de distintas expresiones musicales han acontecido interesantes fenómenos de interacción cultural. Por ejemplo, en una época persistió la idea de que la fuerza de la industria global de la música y el alcance de distribución de las corporaciones transnacionales condenaba a los países periféricos a ser sólo consumidores pasivos de los productos musicales del primer mundo. Esta idea incluso denunció a los movimientos de música pop locales como burdas imitaciones de la “decadente” música comercial norteamericana.

Lo cierto es que los contenidos subculturales de los movimientos de música pop de los países desarrollados experimentaron una relectura en la periferia, y en el proceso de asimilación incorporaron significaciones que les permitieron funcionar como armas simbólicas en las luchas y confrontaciones sociales de sus realidades locales. En algunos suburbios de Buenos Aires, grupos de jóvenes marginados enarbolaron las canciones de los Rolling Stones como himnos reivindicativos  de su identidad. En una pequeña aldea de Chiapas, una canción de Bob Dylan fue el canto de lucha de una comunidad indígena. Como éstos, hay un sinnúmero de ejemplos de los efectos de la globalización sobre la música y más específicamente sobre la migración musical.

Cabe señalar que el acceso a los productos musicales de las subculturas pop en las regiones periféricas en un principio forma parte de una cultura de élite. Su consumo no es tan homogéneo como en las sociedades industrializadas. Pasaron muchos años antes de que la música de los Doors o de los Ramones llegase a los barrios populares de Bogotá o de la Ciudad de México. En ese proceso de asimilación, que va deslizándose desde las élites a los sectores menos favorecidos de la población, la música va adquiriendo atributos subculturales válidos para la realidad local.

Las diferencias culturales

En este punto, hay que reconocer que la globalización comercial también le ha hecho daño a la diversificación de la música. Por supuesto que los hombres encargados de la industria notaron los efectos de la música en la sociedad y viceversa, la respuesta fue la World Music, definida y construida por el mercado global de la música, un producto extraído de las regiones más tradicionales del mundo, selectivamente apropiado, cuyos sonidos poseen connotaciones exóticas y de exaltación étnica, con toques de pobreza y simplicidad. Y aún cuando los músicos de varias partes del mundo están resistiéndose e intentan no ser barridos por la globalización, irónicamente, varios de ellos han sido etiquetados dentro del Worldbeaten sus propios lugares de origen, a pesar de su fuerza local y nacional.
La World Music es un ejemplo de cómo la música es simultáneamente un agente de movilidad y un referente de distinción conectado a un lugar fuera del primer mundo. A pesar de la globalización, la transnacionalización, la migración internacional y el soporte comercial de la música, cada género musical, en cualquier lugar, requiere de al menos cierta identificación local.

La diáspora cultural de los pueblos

Cuando hablamos de diáspora musical nos estamos refiriendo a la música que ha migrado de lo local al primer mundo y que de ahí es reinterpretada y proyectada a nivel global. Algunos movimientos de la diáspora suelen anunciarse en occidente como manifestaciones subculturales o del underground.

Hablar de la migración musical como la diáspora cultural de los pueblos es reconocer que los movimientos migratorios tienen efectos culturales que repercuten en todo el mundo y no sólo en los lugares en donde se manifiestan dichos movimientos. Es un ciclo que va de lo local, se proyecta a nivel global, vuelve a lo local –en una región diferente a su origen-, se reinventa y se vuelve a proyectar al mundo.
La migración musical es, por tanto, un proceso cultural evolutivo muy complejo, que requiere de análisis y estudios más profundos. Lo más sencillo es verla como un fenómeno cultural de la sociedad, producto del desplazamiento humano por el mundo, en conclusión: la migración musical es la diáspora cultural de los pueblos.

martes, 25 de octubre de 2011

Intervalo. Último fin de semana!



"Intervalo" muestra dos universos escénicos, el de una mujer esquizofrénica que cree poder manipular el tiempo y el de un hombre viejo que experimenta la muerte de su consciencia. Las historias giran al rededor de la pregunta ¿Qué es el tiempo? Que se ha convertido en una de las interrogantes del pensamiento científico y filosófico de la humanidad.

Escrita y dirigida por Guillermo Amador, "Intervalo" cuenta con las actuaciones de Denis González Noriega y Horacio Trujillo (becarios del programa Creadores Escénicos del FONCA) y llega a su fin en cartelera este fin de semana, viernes 28 y sábado 29 de  octubre en el Foro Quinto Piso. 

Para mayor información se puede consultar el blog de TEATRO DESDE LA NADA, compañía de arte escénico que trabaja en la creación de espectáculos multidisciplinarios. En 2010 montó su espectáculo surrealista "Mundos fantásticos para seres incompletos" y se ha presentado en el Festival Internacional de Tlaxcala Rosete Aranda, Festival Nacional Mireya Cueto y Festival Oniris.


Con información de Publimetro


lunes, 17 de octubre de 2011

Taller de Apreciación Cinematográfica "Y se apagan las luces..."



Taller de Apreciación Cinematográfica "Y se apagan las luces" ¡¡¡Niñ@s viendo pelis!!!

La Matatena, A.C. invita a participar en el Taller de Apreciación Cinematográfica "Y se apagan las luces..."
En 10 horas de duración, las niñas y los niños se adentrarán en el mundo de las imágenes en movimiento, conocerán las herramientas que les permitirán apreciar mejor el séptimo arte.

Este taller de apreciación cinematográfica pretende brindar a las niñas y niños las herramientas y el conocimiento necesarios para poder apreciar cualquier material cinematográfico y televisivo y exteriorizar sus puntos de vista, compartiendo sus experiencias y dando a conocer sus opiniones a través de comentarios y actividades que le permitan reflexionar en cuanto a los mensajes que están recibiendo. Asimismo que los niños usen su capacidad de pensar y analizar todos aquellos mensajes dedicados dentro de la cinematografía a la población infantil y promover el gusto por el cine.

Los asistentes a este taller podrán formar parte del jurado infantil que trabajará paralelamente en el 17° Festival Internacional de Cine para Niños (... y no tan Niños) en el 2012.

Taller de Apreciación Cinematográfica "Y se apagan las luces..."

Fecha: Sábados 12, 19, 26 de Noviembre y 3 de Diciembre de 2011.
Horario: de 10:00 – 12:30 hrs.
Duración del taller: 10 hrs. divididas en 4 sesiones de 2 hrs. y media cada una.
Lugar: La Matatena, ubicada en Av. San Fernando 426, Tlalpan.
Dirigido a niñas y niños: de 9 a 13 años.

Taller de Apreciación Cinematográfica.
¡Ven y conoce más sobre cine!
Inscripciones abiertas
¡Aparta tu lugar!
Mayores informes e inscripciones:
Tel. 50 33 46 81 y 50 33 46 82
Correo:
informes@lamatatena.org